Siempre me ha gustado la decoración. Al igual que pasa con la ropa, la decoración de una casa dice mucho de la persona que vive en ella.
Yo tardé como un año en decorar la mía. Quería que cada mueble o detalle fuera el que me gustara de verdad. Tenía claro el estilo, muy de inspiración asiática, con muebles importados de Tailandia o India. Mucha madera, y colores rojo, negro y crema. Hay veces en las que se tiende a «rellenar» lo más rápidamente posible para dar sensación de hogar, y pasado un corto periodo de tiempo te encuentras con un montón de cosas que realmente no te gustan pero de las que no te vas a deshacer, no te desprendes de un mueble con la misma rapidaz con la que puedes hacerlo de un pantalón como ejemplo. Pues eso no me pasó a mí. Y os diré que después ya de unos cuantos años todavía sigo buscando una silla que sea la «adecuada» para mi dormitorio.
Tu casa debe ser ese sitio donde más te gusta estar, aquel que echas de menos cuando pasas mucho tiempo fuera. De donde no sales cuando estas enferma, en el que eres tú realmente. Donde descansas, donde te relajas y donde más cómoda debes estar. Ese lugar que llamamos hogar. Hay que vivirla y disfrutarla. Las casas se hacen de ladrillos, los hogares de momentos.
Afortunadamente logré todo lo anterior, ¡me encanta mi casa! Es donde más a gusto estoy.
Hoy os dejo fotos que pueden daros una idea del estilo que me gusta. Espero que las disfrutéis.
«Para conocer a la gente hay que ir a su casa.» Johann W. Goethe.
Nos leemos.
Mucha locura.
Besos, Raquel.